Muchos de nuestros seguidores y visitantes de nuestro blog se preguntarán porqué hemos esperado tanto a publicar el post de la celebración de nuestros últimos éxitos.
La razón es bien sencilla. En aquellos momentos era más natual estar entusiasmados, alegres y sastisfechos por aquellos logros. Pero el tiempo nos hace olvidar, a veces, la importancia que tuvieron, el esfuerzo que pusimos y lo satisfechos y orgullosos que estábamos por lo alcanzado, por los momentos vividos (buenos y no tan buenos que nos hacen crecer).
Hoy es un perfecto día para recordar todo aquello, para traer a la memoria lo que hemos sido capaces de hacer y lo afortunados que nos sentimos celebrándolo.
Bailarines, voluntarios, familiares de los bailarines y la dirección de la Compañía DyD, pasamos unos agradables y divertidos momentos, como no, bailando en una pequeña fiesta privada y con una cena de fin de curso.
Espero que, recordando aquellos momentos y los éxitos que nos llevaron a aquella alegría y satisfacción, todos los miembros de la Compañía DyD se inspíren de aquella energía y vayan calentando motores para comenzar los nuevos retos del próximo curso 2013-2014. La energía y satisfacción que sentimos por el trabajo conseguido deben ser la chispa de nuestra ilusión por las próximas, clases, ensayos, actuaciones, retos personales y artísticos.
Pronto estaremos de vuelta en la Escuela de Danza de Valladolid, donde tenemos nuestra sede, para preparar los nuevos eventos artísticos, que son muchos, importantes y que tendrán lugar en pocos meses.
Acompañando a tanta alegría, recibí un precioso ramo de flores de los bailarines de la Compañía y sus familiares, con una tarjeta que rezaba un texto escrito con el corazón y la cabeza:
«Quien no cae, no crece
quien nunca recibe un golpe, no ve la vida.
Pero, ¡cómo duelen los golpes!
¡cómo cuesta levantarse!
Cuesta menos si te ayuda alguna mano,
cuesta menos si hay alquien para respaldarte».
A ese precioso ramo y tarjeta, se sumaron dos maravillosas fotos y recuerdos, que significan mucho para bailarines, familiares y por supuesto, para la dirección de la Compañía DyD.
¡Muchísimas gracias!
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